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¿Tienes un imán para las parejas problemáticas?

¿Tienes un imán para las parejas problemáticas?

Codependencia, la dependencia a los problemas de los demás.

Las parejas se pueden volver tremendamente destructivas y si desde fuera parece una locura desde dentro es una paranoia en la que no te entiendes ni tú. Con esta entrada me gustaría darte algunas pistas para que puedas empezar a entenderte y ver más allá.

Esos son los hechos: tu relación te hace sufrir, tu pareja es problemática, tus amigos/as se preguntan qué haces con esa persona, tienes claro que esto no es lo que quieres en tu vida y al mismo tiempo no quieres dejarlo, vives entre el infierno y el paraíso y cada vez el paraíso se hace más esporádico y el infierno más tu día a día… ¿te reconoces? A veces no sabes cómo has llegado hasta aquí. Sin embargo, pensarás, mi relación es mucho más, es algo especial, cuando estamos bien nos queremos muchísimo, nos entendemos, todo fluye…

Para empezar te invito a que dejes a un lado la idea de un amor especial y complicado que solo vosotros entendéis (aunque así sea, que no lo pongo en duda), el recuerdo de lo mágico que fue el comienzo y la fantasía de lo increíble que podría ser vuestra relación si fuera como al principio o como cuando va bien y te abras a aceptar una posible realidad paralela: la realidad es que tu vida no te gusta, tu relación te hace daño y no puedes evitarlo.

Te dejo una lista de síntomas o vivencias que te pueden indicar que tu imán para las parejas problemáticas se llama Codependencia, y consiste en una preocupación excesiva y disfuncional hacia los problemas de los demás.

Posibles señales de tu adicción

  • Vives obsesionado/a con la relación, la tienes todo el día en la cabeza, como un yonki
  • Ya no te llena ni te hace feliz más que puntualmente, pero vives esperando esos momentos de plenitud
  • Tu estado emocional y mental es una montaña rusa: odias, amas, te encanta, te cae mal, te sientes superior, te sientes culpable, piensas que es el amor de tu vida, piensas que es un loco o una loca peligrosa…
  • Consideras que tú eres la persona cuerda, la que está bien y él/ella es la que está dañada
  • En el fondo piensas que tiene suerte de haberte encontrado
  • De alguna manera te sientes responsable de él o ella, eres consciente de sus carencias y crees que puedes sanarlas con amor y sabiduría
  • Ves en él/ella un diamante en bruto que no ha tenido suerte en la vida y tú le vas a dar esa oportunidad de brillar
  • Sientes que ayudarlo/a es como tu misión en la vida y por tanto, como todo héroe o toda heroína, vas a pasar momentos duros y a hacer sacrificios personales
  • De alguna manera la otra persona te responsabiliza de su bienestar, si es feliz es gracias a ti, si sufre es por tu culpa
  • Los conflictos te limitan, mides las palabras, lo que haces y cómo lo haces siempre anticipando cómo le sentará.
  • Empiezas a evitar conversaciones, planes, personas o situaciones para asegurar tu tranquilidad, que no terminen en drama.
  • Las reconciliaciones son una maravilla, un placer para los sentidos y el corazón, te enamoras del mundo, te da fuerzas para lo que haga falta.
  • Las reconciliaciones se vuelven menos intensas y tardan más en llegar
  • Los problemas continúan, da igual la energía que le pongas a prevenir y solucionar
  • Empiezas a mentir a tu entorno, maquillas situaciones y peleas porque sabes que suenan fatal, ocultas datos.
  • Sabes lo que te van a decir tus amigos, pero no los quieres escuchar.
  • Crees que tu entorno no entiende la naturaleza de vuestro amor y no lo conocen a él o a ella tanto como tú.
  • En el fondo sabes qué deberías hacer, hay momentos de lucidez en que lo ves clarísimo, pero te ves incapaz o no quieres aceptarlo todavía.
  • Te avergüenzas en silencio de hasta dónde estás llegando (de faltas de respeto o de celos, histeria, pollos monumentales, desprecios, chantajes emocionales, ansiedad, lo que has perdido o abandonado por el camino)
  • Ocultas tu estado de ánimo, te aíslas.
  • Te juntas con gente tan perdida como tú, con relaciones tan deterioradas como la tuya y te convences de que el amor es así, una lucha constante, que el amor bonito y tranquilo no existe o no está hecho para ti.
  • Normalizas la ansiedad y el maltrato.
  • Te convences de que así es la vida, que los tíos son todos unos… o las tías todas unas…
  • El miedo a que se acabe es visceral, inconsciente. Con la cabeza puedes entender que estarías mejor fuera de esta relación, pero si el final se acerca lo único que quieres y necesitas y deseas es estar con él, estar con ella.
  • Si llega el día en que no puedes más y decides dejarlo entonces te toca enfrentarte a la traca final, la gran manipulación en dos actos: uno, eres el malo de la película. Eres la traidora, la desleal, la que abandona y tira la toalla. Parece que le dieras la razón en todo lo que te ha reprochado durante toda la relación.
  • La otro acto de la traca final es la reconquista. Eres el amor de su vida, no puede vivir sin ti, se da cuenta de todo lo que te hace daño, se da cuenta de todo lo que anda mal en él/ella y te convence de que va a cambiar porque parece que por fin te ve y porque en ese momento está convencido/a de que quiere cambiar, lo dice con el corazón.
  • Y tú que estás hecha/o un lío, que lo que más deseas es estar bien, como al principio y estás triste y le/la quieres… compras su versión. Y vuelves a empezar, a reconciliarte, a inundarte de amor, a creer… y a darte de ostias con la realidad.

Podría seguir poniendo ejemplos pero creo que es suficiente para que te hagas una idea.

Lo difícil es darte cuenta de que tienes un problema,

La buena noticia es que tiene solución.